Maestra en Sociología a los 23 años
Entrevista a Camila Sánchez
Por: Irene Adad
22 de octubre, 2019
Camila Sánchez es Licenciada en Ciencia Política con Tesis Meritoria por la Universidad del Tolima en Colombia y recientemente Maestra en Sociología por la Universidad Iberoamericana, grado que obtuvo con mención honorífica.
Es colombiana y tiene 23 años. Ha participado en varios congresos académicos en ciencia política y sociología. Actualmente se desempeña como docente de cátedra virtual de la Zion International University y como asistente de la subdirección académica de la Asociación Internacional de Formación en Ciencias Forenses. Le gusta leer, viajar y describe su gran pasión por la academia y la investigación.
Dado que eres de Colombia, ¿por qué y cuándo decidiste venir a México?
Decidí venir a México para estudiar, vi en México muchas oportunidades para realizarme en lo académico, principalmente por las ayudas económicas que desde un inicio supe que brindaba este país. La elección la tomé alrededor del quinto semestre de mi licenciatura. Desde ese momento veía con buenos ojos capacitarme en el extranjero. La decisión final la tomé en 2016 cuando empecé mi postulación para la Ibero.
¿Cuál es tu perfil académico?
Soy Politóloga, estudié licenciatura en Ciencia Política en la Universidad del Tolima, ubicada en el Departamento del Tolima en la ciudad de Ibagué. Me encanta la investigación, siento que es una de mis pasiones más grandes, el aprender cosas nuevas, ir a congresos, leer, escribir o cuestionarme constantemente. Ahora, soy Maestra en sociología, logro que me llena de gran orgullo pues lo obtuve terminando mis 23 años.
¿Por qué elegiste la Ibero para hacer tu maestría?
En realidad, cuando estaba en Colombia escogiendo universidades para hacer postulaciones, me topé, entre otras con universidades de Ecuador como la FLACSO, y de México como la UNAM y la UAEM. Sin embargo, en septiembre del 2016 estuve participando en un congreso de ciencia política en Bogotá; allí expuse parte de mis resultados de la tesis de licenciatura y un profesor me recomendó que revisara el plan de estudios de la maestría en la Ibero. Y así fue, tan pronto como pude revisé lo encomendado y me gustó mucho la propuesta de la maestría. Yo buscaba algo más de corte cualitativo y de teoría social para complementarlo con mi formación inicial. Una vez que llegué a México me enteré del prestigio de la Universidad y de la calidad académica de los programas.
¿Fue difícil estudiar en otro país? ¿Por qué? ¿Qué cambios fueron notorios?
Yo diría que más que difícil fue un proceso de muchos cambios, y pues los cambios nos sacan de nuestra zona de confort y por eso a veces los sentimos dolorosos. Al principio el hecho de tomar la decisión de dejar tu país, tu familia, conocidos, tu cultura y tus costumbres, choca entre salir de tu zona de confort o hacer un esfuerzo y seguir tus sueños. En mi caso, tuve una formación familiar que me hizo muy independiente, entonces acoplarme no se me hizo tan difícil. Pero en ocasiones con el estrés de la carga académica, sí llegan momentos en los que te sientes solo; a veces nostálgico y quisieras tener a tu familia.
Los cambios que la maestría y este viaje generaron en mí, resultaron en mi crecimiento personal; maduré en muchas cosas, el tomar decisiones, vivir sola, ser autónoma y el saber que debía dar lo mejor de mí en lo académico. Igualmente, cambios en lo intelectual; ser más crítica y propositiva, aprender a ver las cosas desde otras perspectivas, ampliar los múltiples temas que otorga la sociología, tener una organización del tiempo. Hoy no soy la misma que llegó hace 26 meses. Ahora siento que soy más madura, con criterio, mayor seguridad en mi misma y en lo que puedo lograr.
¿Sobre qué fue tu tesis de Maestría?
Mi tesis de Maestría fue hacer un acercamiento sobre la relación entre la política y la religión en Colombia; para ello tomé un caso concreto: fue el de la Iglesia de Dios Ministerial de Jesucristo Internacional y el Partido Político MIRA. Es una tesis que observa la aplicación de la teoría de los campos propuesta por Pierre Bourdieu, en un caso de conmoción social en la actualidad. Tomé 8 pronunciamientos generados desde el partido a raíz de un momento de crisis vivido por estas dos entidades en el año 2014 y pude observar los habitus, capitales, características de los campos y algunos aspectos lingüísticos intrínsecos tanto en la iglesia como en el partido. Al final fue solo un primer momento que quiso dejar abierta la discusión sobre los nuevos partidos evangélicos que están teniendo mucho protagonismo en la actualidad, en Centroamérica y Sudamérica, y el impacto que tienen estos partidos en las políticas de los diferentes países y cómo es un llamado a volver a reflexionar sobre el “ideal” de la modernidad referente a lo laico y lo secular.
Actualmente, ¿a qué te dedicas? ¿qué proyectos futuros tienes?
Estoy en busca de un trabajo en el que me pueda desempeñar con los títulos que he obtenido. Sin embargo, mis días los ocupo trabajando en la Academia Internacional de Formación en Ciencias Forenses, a la par, doy una clase sobre “Principios Éticos y sociales del hecho religioso” para la Universidad con plataforma virtual Zion International University por sus siglas “ZIU”. Además, soy voluntaria de la fundación Internacional María Luisa de Moreno y en Miraísmo Internacional México, este último aún no constituido formalmente, actúa como un grupo de ayuda a colombianos en este país.
Mis proyectos van en sintonía a seguirme capacitando en lo académico, quiero hacer mi doctorado y empezar a hacer investigaciones y publicaciones. En pocas palabras, quiero seguir ñoñeando. Quisiera en algún momento regresar a mi país para poder ayudar en algún aspecto político o en la docencia e investigación. También viajar a otros países para darle seguimiento a la relación entre política y religión; además amaría poder trabajar en ONG’S o realizar proyectos de intervención social con comunidades vulnerables.
¿Tienes algún vínculo académico con Colombia?
Por el momento mi único vínculo ha sido mi preparación en la licenciatura, en la que pude participar en proyectos de investigación y monitorias académicas.
¿Qué expectativas tiene una estudiante para emprender un proyecto académico en investigación con un mercado de trabajo restrictivo?
Eso en realidad es algo muy difícil, muchos me dicen que debí estudiar algo que me dejara dinero o simplemente abandonar mis expectativas académicas. A pesar de esto, me considero una romántica intelectual con la esperanza de que en algún momento las cosas van a salir. Sí es un mercado muy restrictivo, pero, espero ir escalando poco a poco como lo he hecho hasta ahora. Además, tengo la firme certeza que hay que fortalecer la enseñanza y la investigación, emprender proyectos por una sociedad más crítica, analítica y ante todo propositiva, y si para ello debemos hacer sacrificios como académicos e investigadores, pues en algún momento tendremos el reconocimiento (no sabemos si desde lo económico, pero sí forjando desde nuestro espacio cercano lo que nos mueve a interpretar las realidades sociales y políticas de este mundo).
¿Qué puntos en común encuentras entre Colombia y México? Desde una perspectiva política y social.
Son países parecidos. Desde el ámbito político ambos han tenido que afrontar situaciones en las que los partidos tradicionales han desvirtuado el sentido de la política. Además, tanto Colombia como México poseen cifras altas de corrupción, pobreza y desempleo. Aquí en México pude ver que todo aquello que yo criticaba en Colombia, aquí también se ve materializado. Desde la perspectiva social ambos países son maravillosos, en cuanto a la forma de ser de las personas y su cultura son muy parecidos, nos gusta ser alegres, acogedores y cálidos. Desde otro punto de vista social, México posee más programas de apoyo. Por ejemplo, no muy lejano a nuestro caso, la financiación para estudiar es altísima en este país, caso contrario a Colombia en el que la educación dice ser pública, pero en realidad es privada y con muy pocas becas completas para realizar posgrados. Ambos países los llevo en mi corazón, Colombia me brindó valores, las bases para ser humilde y seguir adelante; México me cautivó, las oportunidades de ver la vida con ojos críticos y también de agradecimiento; ante todo, la posibilidad de recibirme a mis 21 años para empezar una maestría, eso es algo que siempre le agradeceré a este país.